
“Deja que la comida sea tu medicina, y que la medicina sea tu comida”
Hipócrates
Son alrededor de las 9 de la mañana en la oficina, seguramente ya tuviste un par de juntas breves más temprano y no tuviste oportunidad de desayunar porque a penas pudiste llegar a tiempo a la oficina.
Así que vas por la decisión fácil, ir a la máquina expendedora o a la “tiendita de la esquina” por unas galletas… ves que tienen galletas de avena, parece ser la decisión “más saludable” comparada con las galletas de doble chocolate que están a un lado. Con las galletas de avena en una mano vas ahora por tu taza de café, probablemente lo tomarás con “1 de crema” y “1 de azúcar”, ahora sí… ¡listo para conquistar el día!, pero..¿realmente lo estás? ¿es eso verdadera comida para tu cuerpo y en especial para tu cerebro?
El Dr. David Perlmutter, reconocido neurólogo, explica en su best-seller Cerebro de Pan cómo el cerebro puede estar sufriendo por las grandes cantidades de carbohidratos y azúcares refinados que consumimos cada día.
Volvamos por un momento a la época de las los cazadores y los recolectores. Piensa que sus cerebros no eran muy distintos del tuyo, puesto que ambos han evolucionado para buscar alimentos ricos en grasas y azúcar. Finalmente, es un mecanismo de supervivencia. El problema es que tus intenciones de cazar no fructifican mucho porque vives en la era de la abundancia y es más factible que encuentres grasas y azúcares procesados. Es probable que tu contraparte de las cavernas pasara mucho tiempo buscando, para después encontrar grasas animales y azúcares naturales provenientes de plantas y moras de temporada (las cuales tenían un contenido de azúcar mucho menor que el que imaginas cuando piensas en fruta). Entonces, aunque cerebro funciona de forma similar al suyo, tus fuentes de nutrición son completamente diferentes.
David Perlmutter, 2013
El Dr. Perlmutter comparte en este gráfico las diferencias entre las dietas de nuestros ancestros y la dieta recomendada de hoy en día.

Perlmutter, D., 2013, Brain Grain, p. 52
El Dr. Perlmutter aborda los beneficios de la dieta keto a lo largo de su libro, debido a su alta proporción de grasas las cuáles son beneficiosas para la salud del cerebro.
Por eso la llamada dieta cetogénica se ha usado para tratar la epilepsia desde principios de los años veinte del siglo pasado y ahora está siendo re-evaluada como una opción terapéutica muy poderosa para tratar el Parkinson, el Alzheimer, la enfermedad de Lou Gehrig hasta el autismo. También parece ser prometedora para perder peso y acabar con la diabetes tipo 2. […] En un estudio del 2005, pacientes con Parkinson mostraron una mejoría notable en los síntomas resistentes a los medicamente, e incluso a la cirugía cerebral, después de 28 días de llevar una dieta cetogénica. En particular, se ha demostrado que el consumo de grasas cetogénicas (es decir triglicéridos de cadena media o MCT) fomenta una mejoría significativa en la función cognitiva entre pacientes con Alzheimer. El aceite de coco, del cual derivamos los MCT, es una fuente rica de una importante molécula precursora del beta-HBA, y es una herramienta útil para el tratamiento del Alzheimer. También se ha demostrado que llevar una dieta cetogénica disminuye el nivel de amiloide en el cerebro, y aumenta el glutatión (antioxidante natural que protege el cerebro) en el hipocampo. Lo mejor de todo es que estimula la multiplicación de las mitocondrias y por lo tanto promueve la eficiencia metabólica.
David Perlmutter, 2013

Keto, viene de la palabra en inglés ketogenic, cetogénica en español, la dieta recibe este nombre porque el cuerpo produce moléculas de combustible, «cetonas», surgidas del rompimiento de las cadenas moleculares de las grasas, esto es provocado en un ambiente metabólico donde la glucosa escasea debido a un bajo consumo de hidratos de carbono.
La dieta cetogénica no es nueva, surgió desde el siglo pasado, durante la década de 1920 como método alternativo para el tratamiento de la epilepsia. Posteriormente durante los 70’s, el cardiólogo Robert C. Atkins propuso su método nutricional para bajar de peso consumiendo una alta proporción de alimentos de origen animal y pobre en glúcidos (carbohidratos).
Hoy en día la “dieta keto” ha retomado su popularidad por ser un régimen alimenticio que ayuda a reducir la resistencia a la insulina, y esto tiene impacto positivo en padecimientos relacionados por la resistencia a la insulina, como trastornos hormonales, diabetes; ayuda a reducir la inflamación crónica que provoca condiciones como la artritis, síndrome del intestino irritable, dolor crónico, acné, también se continúa investigando los be neficios en pacientes con cáncer, Alzheimer, Parkinson y epilepsia.
Entonces la dieta cetogénica es rica en grasa, mesurada en proteína y pobre en carbohidratos, de manera promedio se recomienda una proporción en la alimentación del 60% al 75% de grasas saludables, 20% al 35% de proteínas y 5% de carbohidratos.
Además de quemar grasa y perder peso, los beneficios de seguir una alimentación keto son:
Ayuda a controlar el apetito y la ansiedad por el azúcar
- Controla los ataques de buscar algo “dulce”
- Ayuda a incrementar la claridad mental
- Mejora la presión arterial
- Reduce los niveles de azúcar en sangre e insulina
- Aumenta la energía
- Disminuye la inflamación y la migraña
En 2020 publiqué un libro de cocina que recopila mis recetas favoritas siguiendo un régimen keto, utilizando alimentos naturales, saludables, bajos en carbohidratos y de bajo índice glucémico. Cada plato está cargado de mucho sabor para satisfacer el paladar y olvidar que es una dieta. Te invito a que eches un vistazo a mi libro de cocina: The Happy Keto Cookbook directamente en Amazon Kindle.
Referencias
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Covarrubias, P., Galván, A., Sámano, L. (2013). Dietas cetogénicas en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria 33 (2), 98-111.
Moreno, J.M., Oliveros, L., Cano, L., Antonini, R., Simón de las Heras, R., Mateos, S., (2002). Dieta cetogénica: fundamentos y resultados. Acta pediatrica española Vol. 60, No. 3.
Pedrón, C. (2016). Manual para la práctica de la Dieta Cetogénica. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
Papalia, L., (s.f.). Popularidad y peligros de la dieta cetogénica. Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición.
Pérez-Guisado, J., (2010). Los triglicéridos de cadena media, agentes para perder peso, inducir la cetosis y mejorar la salud en general. Revista Española de Obesidad Vol. 8, No. 3, 124-129.
Perlmutter, D. (2013). Cerebro de Pan. Debolsillo.